Duarte, Sánchez y Mella dejaron todo de lado, para luchar por nosotros, para darnos la dominicanidad, nos entregaron sus anelos, sueños, un terruño que debemos cuidar, desde esos tiempos hasta hoy nuestra nación ha vivido fuertes y diferentes procesos hasta alcanzar todo lo que somos y tenemos en la actualidad.
Estamos justo en el epicentro de un proceso electoral, esa sangre derramada en pos de crear la nación que hoy nos alberga, no debe quedar en el olvido, ellos, nuestros patricios, no querían ver nuestra media isla en manos de cualquiera, por eso ofrendaron sus vidas, por entender que la patria es lo más sagrado que social y políticamente mente tenemos, por ende, tu tampoco querrás ver tu tierra en manos peligrosas, en mentes sin equilibrio, en manos de gentes, que han demostrado no tener capacidad para dirigir los destinos del legado que nos dejaron nuestros héroes.
La República Dominicana debe seguir tranquila, sin sobresaltos ni altisonancias, en un estado de paz, armonía y tranquilidad, sin que nadie intente socavar nuestra democracia, sin que ningún desaprensivo eche por la borda lo edificado, el país debe estar en manos seguras, dirigido por hombres de mentes frías y corazones calientes, la nación debe seguir adelante, avanzando hacia la estancia soñada, esa, por la que lucharon Juan Pablo Duarte, Sánches , Mella y Luperón, abonando la tierra donde hoy ondea
altiva, nuestra insignia tricolor.
Jk.
