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lunes, 23 de enero de 2012

Danilo y el turismo


Fuente: Listin Diario
Óscar Medina
oscarmedina1974@gmail.com
República Dominicana es un país pequeño, de economía abierta, con pocas riquezas minerales y limitadas capacidades tecnológicas.
Puede decirse que el Turismo es el único renglón de la economía en el que tenemos capacidad de ser realmente competitivos a nivel regional, e incluso mundial. Algo que resulta tan evidente no ha sido abordado nunca por la sociedad en su conjunto, y menos por los gobiernos, con la determinación que exigiría la circunstancia si entendiéramos esto como un axioma económico.
Los presidentes dominicanos de los últimos 50 años -al menos los que han tenido alguna visión sobre el futuro de la República- han apostado por otros sectores como motor del desarrollo nacional. Balaguer creyó en la agropecuaria y la industria y en esa dirección marcharon sus políticas y las leyes que marcaron sus ejecutorias.
Los tres gobiernos del PRD jamás tuvieron idea sobre este aspecto, por lo cual ni siquiera vale la pena mencionarlos.
Y Leonel Fernández piensa que la tecnología y la transferencia de conocimientos que genera la instalación de industrias de innovación, es la apuesta que debe hacer el país para alcanzar su desarrollo. En esa dirección ha andado su gobierno, y es un tema que él “cuida y maneja” personalmente, y en el pone mayor empeño y ahínco.
Lo ha evidenciado con la creación del ITLA -para formar la mano de obra del sector turístico no existen centros de estudios como ése- y cada vez que sale en viaje oficial le dedica más tiempo a buscar acercamientos con potenciales inversionistas en ese sector, que a atraer o motivar capitales para impulsar los polos turísticos pendientes de desarrollo o mejorar los existentes.
Sin embargo, Danilo Medina ha estado haciendo propuestas concretas en torno al turismo. Comprende que debe ser ese el motor del desarrollo nacional, y que la dinámica económica que genera el crecimiento de la industria turística es lo que le permitirá, desde la Presidencia de la República, impulsar el sector agropecuario y a las pequeñas y medianas empresas para crear empleos y combatir la pobreza.
Para el candidato peledeista el turismo es el eje transversal sobre el que debe desarrollarse la República Dominicana.
Un discurso como ese nunca antes había estado en labios de un aspirante presidencial con posibilidades reales de ganar las elecciones.
Pero más allá de las propuestas están los hechos. Danilo acaba de retornar de una visita a Madrid, donde viajó con el fin de hacer contactos políticos con la mira puesta en las elecciones de mayo. Pero quiso que su estadía en la capital española coincidiera con FITUR, una de las ferias turísticas más importantes de Europa, y de mucha trascendencia para los intereses y la industria hotelera del país.
Esa coincidencia provocó que se convirtiera en el primer aspirante a la Presidencia que visita el stand de la República Dominicana en una feria turística, demostrando así cómo jerarquiza a ese sector. Pero además, le permitió mantener un encuentro con los principales inversionistas espanoles, quienes en conjunto poseen cerca del 70 por ciento de nuestras habitaciones hoteleras. La feria hizo coincidir a esos empresarios en Madrid, y sólo allí los podía ver a todos juntos para escuchar sus pareceres. Los presidentes de algunos de los principales grupos turísticos expresaron preocupación sobre diversos temas. La seguridad jurídica fue el principal porque algunos han sido afectados por decisiones judiciales y administrativas que les perjudican enormemente. Entre ellas unas reliquidaciones que se estan llevando a cabo desde la Dirección General de Impuestos Internos y que, bajo el alegato de supuestos impuestos dejados de pagar durante los últimos 4 años, buscan sacar unos 400 millones de dólares de los bolsillos de los dueños de estas cadenas hoteleras. Las quejas de estos empresarios no fueron expresadas en tono complaciente. Muy por el contrario, fueron duros y exigentes y en ocasiones hasta agrios y descorteses.
Pero siempre elegantes y respetuosos y dispuestos a escuchar los argumentos de su interlocutor.
Danilo los escuchó en silencio y cuando les respondió lo hizo con tanta convicción, seguridad, conocimiento y valentía, que no sólo se ganó lo único que les pidió ---que le otorgaran el “beneficio de la duda”--- sino que de ellos mismo salió añadir que además de eso, se había ganado el beneficio de su confianza y su credibilidad.
Porque no sólo les ofreció respuestas creíbles a cada uno de los problemas planteados, si no que fue más lejos, y les conminó a trabajar con su equipo técnico para integrar las propuestas del sector privado a su programa de gobierno y para que, invitando a las fuerzas políticas de oposición, se alcance un plan estratégico para el desarrollo turístico durante las próximas décadas.
Fue realmente impresionante observar cómo los mismos empresarios que al inicio del almuerzo se mostraban agrios y descreídos, fueron cambiando su actitud en la medida en que escuchaban con la firmeza y los conocimientos que les respondía, y los mismos que momentos antes se mostraban molestos por las promesas incumplidas, y le decían que no tenían por qué pensar que él sería diferente, fueran los mismos empresarios que terminaron otorgándole un firme apoyo y afirmando que cuando Danilo Medina sea Presidente de la República la industria turística dominicana iniciará una nueva etapa.Óscar Medina 
oscarmedina1974@gmail.com
República Dominicana es un país pequeño, de economía abierta, con pocas riquezas minerales y limitadas capacidades tecnológicas.
Puede decirse que el Turismo es el único renglón de la economía en el que tenemos capacidad de ser realmente competitivos a nivel regional, e incluso mundial. Algo que resulta tan evidente no ha sido abordado nunca por la sociedad en su conjunto, y menos por los gobiernos, con la determinación que exigiría la circunstancia si entendiéramos esto como un axioma económico.
Los presidentes dominicanos de los últimos 50 años -al menos los que han tenido alguna visión sobre el futuro de la República- han apostado por otros sectores como motor del desarrollo nacional. Balaguer creyó en la agropecuaria y la industria y en esa dirección marcharon sus políticas y las leyes que marcaron sus ejecutorias.
Los tres gobiernos del PRD jamás tuvieron idea sobre este aspecto, por lo cual ni siquiera vale la pena mencionarlos.
Y Leonel Fernández piensa que la tecnología y la transferencia de conocimientos que genera la instalación de industrias de innovación, es la apuesta que debe hacer el país para alcanzar su desarrollo. En esa dirección ha andado su gobierno, y es un tema que él “cuida y maneja” personalmente, y en el pone mayor empeño y ahínco.
Lo ha evidenciado con la creación del ITLA -para formar la mano de obra del sector turístico no existen centros de estudios como ése- y cada vez que sale en viaje oficial le dedica más tiempo a buscar acercamientos con potenciales inversionistas en ese sector, que a atraer o motivar capitales para impulsar los polos turísticos pendientes de desarrollo o mejorar los existentes.
Sin embargo, Danilo Medina ha estado haciendo propuestas concretas en torno al turismo. Comprende que debe ser ese el motor del desarrollo nacional, y que la dinámica económica que genera el crecimiento de la industria turística es lo que le permitirá, desde la Presidencia de la República, impulsar el sector agropecuario y a las pequeñas y medianas empresas para crear empleos y combatir la pobreza.
Para el candidato peledeista el turismo es el eje transversal sobre el que debe desarrollarse la República Dominicana.
Un discurso como ese nunca antes había estado en labios de un aspirante presidencial con posibilidades reales de ganar las elecciones.
Pero más allá de las propuestas están los hechos. Danilo acaba de retornar de una visita a Madrid, donde viajó con el fin de hacer contactos políticos con la mira puesta en las elecciones de mayo. Pero quiso que su estadía en la capital española coincidiera con FITUR, una de las ferias turísticas más importantes de Europa, y de mucha trascendencia para los intereses y la industria hotelera del país.
Esa coincidencia provocó que se convirtiera en el primer aspirante a la Presidencia que visita el stand de la República Dominicana en una feria turística, demostrando así cómo jerarquiza a ese sector. Pero además, le permitió mantener un encuentro con los principales inversionistas espanoles, quienes en conjunto poseen cerca del 70 por ciento de nuestras habitaciones hoteleras. La feria hizo coincidir a esos empresarios en Madrid, y sólo allí los podía ver a todos juntos para escuchar sus pareceres. Los presidentes de algunos de los principales grupos turísticos expresaron preocupación sobre diversos temas. La seguridad jurídica fue el principal porque algunos han sido afectados por decisiones judiciales y administrativas que les perjudican enormemente. Entre ellas unas reliquidaciones que se estan llevando a cabo desde la Dirección General de Impuestos Internos y que, bajo el alegato de supuestos impuestos dejados de pagar durante los últimos 4 años, buscan sacar unos 400 millones de dólares de los bolsillos de los dueños de estas cadenas hoteleras. Las quejas de estos empresarios no fueron expresadas en tono complaciente. Muy por el contrario, fueron duros y exigentes y en ocasiones hasta agrios y descorteses.
Pero siempre elegantes y respetuosos y dispuestos a escuchar los argumentos de su interlocutor.
Danilo los escuchó en silencio y cuando les respondió lo hizo con tanta convicción, seguridad, conocimiento y valentía, que no sólo se ganó lo único que les pidió ---que le otorgaran el “beneficio de la duda”--- sino que de ellos mismo salió añadir que además de eso, se había ganado el beneficio de su confianza y su credibilidad.
Porque no sólo les ofreció respuestas creíbles a cada uno de los problemas planteados, si no que fue más lejos, y les conminó a trabajar con su equipo técnico para integrar las propuestas del sector privado a su programa de gobierno y para que, invitando a las fuerzas políticas de oposición, se alcance un plan estratégico para el desarrollo turístico durante las próximas décadas.
Fue realmente impresionante observar cómo los mismos empresarios que al inicio del almuerzo se mostraban agrios y descreídos, fueron cambiando su actitud en la medida en que escuchaban con la firmeza y los conocimientos que les respondía, y los mismos que momentos antes se mostraban molestos por las promesas incumplidas, y le decían que no tenían por qué pensar que él sería diferente, fueran los mismos empresarios que terminaron otorgándole un firme apoyo y afirmando que cuando Danilo Medina sea Presidente de la República la industria turística dominicana iniciará una nueva etapa.

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