TODAVÍA
Dije que la acusación de Hipólito Mejìa de que los rumores sobre su estado de salud se originaron en el PLD, no respondía a la verdad. Que era una forma de buscar pelea con su adversario natural y no ponerse a subir al cuadrilátero a sectores que no calificaban.
No era que los peledeístas fueran incapaces de echar a correr especies de ese género o que su nobleza en el ejercicio político los detuviera. Si hubiera habido necesidad no lo hubieran pensado dos veces, puesto que su predicamento es claro: en política se hace lo que conviene. Simplemente, por razones de tiempo y de organización, el PLD no tiene decididas sus líneas maestras de campaña. No ha determinado cómo enfrentar al PRD, y el escenario puede ser el mismo, pero no la circunstancia.
Declaraba Mejía en CNN que “los años pasan y pesan”, y las derivaciones son obvias. No puede actuarse siempre igual.
Se cambia, a veces para bien, y otras para mal. El PRD y el PLD chocan los guantes, como explorándose, pero nada definitivo.
La arrancada verdadera será en agosto, y las campañas –para entonces– estarán definidas…
AL SERVICIO
Cuando se habla de campaña, se piensa en Danilo Medina. La que diseñarán sus estrategas y pondrán en escena sus equipos. Medina, por ejemplo, no consentiría en que se use la salud como arma contra Mejía. Y viceversa. Sin embargo, ahora no se sabe con la irrupción del presidente Leonel Fernández, quien el domingo abrió la campaña y le puso un sello que no necesariamente responde a los intereses de Medina, que es el candidato oficial. Incluso, el mandatario acuñó la consigna: Memoria contra Olvido, y dejó entrever que el eje central sería la promoción y defensa de su obra de gobierno. Se atribuye a Medina la insistencia de que el jefe de Estado hablara a la nación, pero su semblante denotaba otra cosa. Esto es, no se le vio mucho entusiasmo.
Aplaudió casi por contagio de la concurrencia, y abrazó porque lo abrazaron. Se suponía que ese acto era para él, aunque lo encabezara el presidente Fernández, y que la finalidad última sería poner el gobierno al servicio de la campaña, y no al revés, como ocurrió, en que la campaña fue puesta al servicio del gobierno…
LAS EXPECTATIVAS
La oposición, que había adelantado que la alocución sería más de lo mismo, concluyó después de oírla lo que desde hace años es un clisé recurrente: El discurso “no llenó las expectativas”.
En el caso habría que preguntar cuáles expectativas, si las de la población en general, que siguió la charla por televisión y radio, o las de los peledeístas, que se suponen eran los primeros destinatarios.
No debe olvidarse que se anticipó una diferenciación que no se había hecho nunca. El orador hablaría en su condición de presidente del partido y no de la República. ¿Llenó el presidente del PLD las expectativas de sus correligionarios, en particular de Danilo Medina y sus seguidores? Esa es una pregunta que debió habérsele hecho al candidato Medina, quien de seguro ya debe estar lejos, pues desde antes de decidirse el acto del pasado domingo tenía maletas preparadas para viajar a Brasil. Los otros dirigentes del PLD tal vez no importen, puesto que difícilmente van a decir lo contrario. Sería provocar discordia o atizar el fuego de la que pueda existir…
EL CANDIDATO
Si el candidato del PLD fuera Leonel Fernández la campaña se haría sobre dos ejes. Primero, recordar el desastre que se atribuye a la administración de Hipólito Mejía, ahora de nuevo candidato. Y segundo, resaltar la que se considera grandiosa obra de gobierno del actual mandatario.
Sería poner una frente de la otra, y que los votantes decidan. Pero no. El candidato del PLD es Danilo Medina, y se hace cuesta arriba que acepte que le impongan la campaña. La carga suya se supone más ligera....
Dije que la acusación de Hipólito Mejìa de que los rumores sobre su estado de salud se originaron en el PLD, no respondía a la verdad. Que era una forma de buscar pelea con su adversario natural y no ponerse a subir al cuadrilátero a sectores que no calificaban.
No era que los peledeístas fueran incapaces de echar a correr especies de ese género o que su nobleza en el ejercicio político los detuviera. Si hubiera habido necesidad no lo hubieran pensado dos veces, puesto que su predicamento es claro: en política se hace lo que conviene. Simplemente, por razones de tiempo y de organización, el PLD no tiene decididas sus líneas maestras de campaña. No ha determinado cómo enfrentar al PRD, y el escenario puede ser el mismo, pero no la circunstancia.
Declaraba Mejía en CNN que “los años pasan y pesan”, y las derivaciones son obvias. No puede actuarse siempre igual.
Se cambia, a veces para bien, y otras para mal. El PRD y el PLD chocan los guantes, como explorándose, pero nada definitivo.
La arrancada verdadera será en agosto, y las campañas –para entonces– estarán definidas…
AL SERVICIO
Cuando se habla de campaña, se piensa en Danilo Medina. La que diseñarán sus estrategas y pondrán en escena sus equipos. Medina, por ejemplo, no consentiría en que se use la salud como arma contra Mejía. Y viceversa. Sin embargo, ahora no se sabe con la irrupción del presidente Leonel Fernández, quien el domingo abrió la campaña y le puso un sello que no necesariamente responde a los intereses de Medina, que es el candidato oficial. Incluso, el mandatario acuñó la consigna: Memoria contra Olvido, y dejó entrever que el eje central sería la promoción y defensa de su obra de gobierno. Se atribuye a Medina la insistencia de que el jefe de Estado hablara a la nación, pero su semblante denotaba otra cosa. Esto es, no se le vio mucho entusiasmo.
Aplaudió casi por contagio de la concurrencia, y abrazó porque lo abrazaron. Se suponía que ese acto era para él, aunque lo encabezara el presidente Fernández, y que la finalidad última sería poner el gobierno al servicio de la campaña, y no al revés, como ocurrió, en que la campaña fue puesta al servicio del gobierno…
LAS EXPECTATIVAS
La oposición, que había adelantado que la alocución sería más de lo mismo, concluyó después de oírla lo que desde hace años es un clisé recurrente: El discurso “no llenó las expectativas”.
En el caso habría que preguntar cuáles expectativas, si las de la población en general, que siguió la charla por televisión y radio, o las de los peledeístas, que se suponen eran los primeros destinatarios.
No debe olvidarse que se anticipó una diferenciación que no se había hecho nunca. El orador hablaría en su condición de presidente del partido y no de la República. ¿Llenó el presidente del PLD las expectativas de sus correligionarios, en particular de Danilo Medina y sus seguidores? Esa es una pregunta que debió habérsele hecho al candidato Medina, quien de seguro ya debe estar lejos, pues desde antes de decidirse el acto del pasado domingo tenía maletas preparadas para viajar a Brasil. Los otros dirigentes del PLD tal vez no importen, puesto que difícilmente van a decir lo contrario. Sería provocar discordia o atizar el fuego de la que pueda existir…
EL CANDIDATO
Si el candidato del PLD fuera Leonel Fernández la campaña se haría sobre dos ejes. Primero, recordar el desastre que se atribuye a la administración de Hipólito Mejía, ahora de nuevo candidato. Y segundo, resaltar la que se considera grandiosa obra de gobierno del actual mandatario.
Sería poner una frente de la otra, y que los votantes decidan. Pero no. El candidato del PLD es Danilo Medina, y se hace cuesta arriba que acepte que le impongan la campaña. La carga suya se supone más ligera....
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