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jueves, 4 de agosto de 2011

Orlando Dice: Movimientos de Hipólito y Danilo; minoritarios y la ley de partidos


Orlando Gill 
orlandogil@codetel.net.do
LA PEREZA
Danilo Medina no está entregado a la pereza como hacen suponer los pocos movimientos que se sienten en el PLD o los escasos ruidos de campaña que producen sus seguidores. En los últimos días se tiene la impresión de que Hipólito Mejía está corriendo solo. Reuniones por aquí, juramentaciones por allá, creaciones de equipos de trabajo, comparecencia a programas.
En fin, actividades de todo género. De Medina, la última vez que se supo de él, andaba por Brasil. Y aunque buenos vientos lo acompañaron, estos no bastan para llevar su barco a puerto. ¿Qué es lo que realmente sucede? Todavía no han medido el efecto del acto y del discurso del presidente Leonel Fernández ni el impacto de sus encuentros con los líderes y mandatarios brasileños. ¿Cómo dar cuenta de una encuesta realizada en Pedernales, que es favorable a su causa, cuando Mejía habla de una que le da ventaja en Santiago? Aunque se dice que arrancará ( ¿? ) en los próximos días, y no con la proclamación de finales de mes, y que será con todos los powers. Por ejemplo, con la juramentación de los comandos de campaña…
EL DESACATO
Los partidos pequeños tuvieron organizado un bochorno a la Junta Central Electoral o a su presidente Roberto Rosario durante el reciente seminario.
Desistieron en el último minuto y por decisión propia, sin que se hicieran diligencias para desmontar lo que iba a ser un desplante para los expertos extranjeros. La idea era ocupar por asalto los primeros asientos, y cuando se diera inicio al acto, levantarse como un solo hombre, leer un documento de protesta al proyecto de ley de los partidos y abandonar la sala. El organismo y Rosario se salvaron de ese desacato, pero los conjurados quedaron mal parados aun cuando no llevaron a cabo su despropósito.
Se hace más que obvio que no saben cómo defenderse de una pieza que intuyen los afectará, pues hasta ahora sus alegatos carecen de peso. Por ejemplo ¿Puede haber disparate mayor que decir que los actuales miembros de la JCE buscan imponer el bipartidismo? Si el PRD y el PLD tienen el predominio no es gracia a una legislación, sino a sus influencias, simpatías y desempeño entre los votantes…
TONTA
La acusación de que la nueva legislación procura imponer el bipartidismo es lo más tonto que ha podido oírse en los últimos años en un país en que el sistema de partidos y el panorama electoral se recomponen por sí mismos. No hace mucho eran tres, con la inclusión del PLD, y ahora vuelve a dos. Pero si se recuerda bien, hubo una ocasión en que fueron cuatro, pues en el año l990 el PRI logró una votación aceptable. Incluso, en las naciones en que el bipartidismo tiene mayor arraigo y forma parte de su cultura política, como el caso de Estados Unidos, se hace imposible mantenerlo.
La correlación de fuerzas se desborda y surgen terceros candidatos, como una vez fue Theodore Roosevelt, y más cercano en el tiempo, Ros Perot. Lo peor de todo es que con la caída de un alegato, se van a tierra otros. Por ejemplo, el derecho de las minorías. No pueden reivindicarlo, y hacerlo sería una charlatanería, puesto que tampoco se ocupan de ser minorías.
Prefieren vivir a expensas de los partidos grandes, alimentándose de sus migajas, a desarrollarse como verdaderos grupos independientes… 
ABERRACIONES
Los partidos pequeños caben todos en un mismo saco, pero la culpa es de ellos que no hacen por sí mismos el necesario discernimiento.
No es verdad que la Fuerza Nacional Progresista, un núcleo de derecha, o el Miuca, de izquierda, pueden compararse con el Partido Demócrata Popular, que fuera fundado hace más de treinta años por el fenecido Homero Lajara Burgos. Cuando se conocen las intimidades de algunas agrupaciones políticas, hay que rasgarse las vestiduras, pues son verdaderas aberraciones. La democracia dominicana lo consiente todo. Al final no se sabe por qué la critican tanto. No hay en el mundo una que sea más permisiva. ¿Cómo se explica que un partido sea dirigido por los miembros de una sola familia? No tiene pudor la familia, tampoco el partido, pero menos el sistema que los acoge. ¿Cómo es posible que se entreguen millones y millones de pesos, y por años, a grupúsculos que no sacan más de trescientos votos? Hay que suponer por dónde anda el contribuyente o la falta de supervisión de los órganos encargados de los controles. La JCE incluida…

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