El Partido Revolucionario Dominicano es una organización con mucha historia e importancia en nuestra nación. El próximo 6 de marzo está abocada a uno de los retos de mayor trascendencia en toda su existencia como instrumento político.
El PRD es un partido que ha escrito grandes y heroicas páginas en el devenir histórico de la nación dominicana. Fundado en la Habana en 1939 por el profesor Juan Bosch y un grupo de destacados exiliados políticos, su primera tarea fue luchar en contra del Trujillismo e implantar un gobierno democrático en el país. A raíz del ajusticiamiento del tirano, el PRD se sembró en la conciencia de los dominicanos y dominicanas con un discurso de paz y modernización que llevó a que Bosch ganará las elecciones de 1962 y se convirtiera en el primer presidente elegido democráticamente después de decapitada la tiranía. Pero los resabios trujillistas no permitieron que se concretara las ideas de redención de Bosch y el PRD, y en septiembre de 1963 un golpe de estado frustró las esperanzas de cambios y alejó ese partido del poder por 15 años. En 1973, diez años después del golpe de estado, el PRD vivió uno de sus momentos más difíciles cuando Juan Bosch abandonó ese partido alegando que ya había cumplido su papel histórico. Sin embargo, el doctor Peña Gómez tomó el mando de esa entidad política y la readecuó a los tiempos logrando que, a pesar de la represión y los abusos del balaguerismo, el PRD volviera al poder en 1978 y se reeligiera en 1982. En 1986 el PRD salió del poder, fruto de un agudo enfrentamiento entre Peña Gómez, Jorge Blanco y Majluta, para retornar catorce años después con Hipólito Mejía. Este gobierno no llenó las expectativas nacionales y el PRD fue desplazado del poder cuatro años después y no ha podido ganar nuevamente unas elecciones desde esa fecha. En los actuales momentos, el PRD se encuentra inmerso en uno de sus momentos más cruciales no sólo porque está a la puerta de una convención donde se elegirá el candidato a las próximas elecciones, sino porque de no salir unificado de las mismas sus posibilidades de retornar al poder se ponen muy remotas.
La lucha por la nominación presidencial entre el ex -presidente Hipólito Mejía y el Ingeniero Miguel Vargas Maldonado por lo cerrada que se percibe, presenta una perspectiva muy tensa, difícil y complicada. La tradición del PRD es que cuando las jornadas internas son muy cerradas, se produce un gran conflicto que consolida en la población la idea de que el PRD no es confiable para gobernar, pues ni ellos mismos logran ponerse de acuerdo. Y ese es el gran temor y la gran disyuntiva que deben despejar los líderes de ese partido y sus dos pre-candidatos presidenciales. Si el PRD hace una convención sin incidentes significativos, si el que pierde apoya al que gane y si el PRD se mantiene unificado, puede pensar en competir para las elecciones del 2012. De lo contrario, que los perredeistas ni sueñen volver al poder.
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