Si uno no aprende de los errores, puede tener la seguridad de que los mismos repetidos han de darle resultados similares, o de mayor envergadura según los tiempos y las circunstancias. El PRD parecía superado de si mismo, y caminaba a un nuevo liderazgo sin las mesiánicas presencias del pasado que solamente sirvieron casi siempre para ser obstáculos en el camino de crecimiento y fortalecimiento de un partido profundamente arraigado en el pueblo menos favorecido, pero que actuaba como si fuera camino de l autodestrucción por las increíbles ambiciones de un liderazgo irenovado por años, no satisfecho con lo logrado ni en lo político, ni en lo social, pero mucho menos en lo económico.
Había odios ocultos, siempre los hubo, y aunque por delante le decían maravillas al lider negro, por detrás en su ausencia muchos de los que el había aupado hasta la misma Presidencia de la república lo negreaban y lo declaraban sin empaña como malagradecido, metedor de pata, y hasta de más hablador de lo necesario, hasta una vez lo sindicaron como Relacionador Público de una tendencia, sin dejar de lado la vez que le quisieron presentar ante el pais como capaz de hacer trampas a lo interno de su partido para lograr una candidatura.
Ahora el PRD camina por el filo de la navaja, y Miguel Vargas paga caro el creerse lo que le decían algunas gentes que nunca han sido amigas de nadie, ni a lo interno del PRD ni fuera del mismo, que solamente buscan dinero, y se cambian de lugar y de liderazgo como cambian de ropa, o de mujeres en algunos casos.
Miguel e Hipolito tienen en sus manos al PRD, y ha llegado la hora de que ambos, solamente ellos, busquen salidas, porque de lo contrario ese partido camina al final de sus días, y eso lo habíamos dicho mucho antes de este presente turbulento y negro.
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