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lunes, 18 de abril de 2011

Danilo Medina Sánchez vs Margarita Cedeño


Fuente: Acento.com.do

Margarita Cedeño es la nueva revelación de la política dominicana. Danilo Medina es el candidato más acabado del Partido de la Liberación Dominicana.

El PLD ha sido un partido que amplio apoyo en las clases medias dominicanas, y Leonel Fernández y Danilo Medina lo desarrollaron para que se convierta en el mayor partido conservador de la historia del país, con raíces populares, sustentado en el pensamiento y la acción de Juan Bosch y Joaquín Balaguer. Un híbrido.
El PLD ha creado una nueva capa dirigencial en el país, en las regiones, en las provincias y en los pueblos, surgida de las clases medias que llegaron al poder con Leonel Fernández en 1996, y consolidadas con la gestión de gobierno desde el 2004, que les ha convertido en gente poderosa, que cambió de sector social, de status, de lugar en la sociedad, de vivienda, de trabajo, de carro y de lugares para sus vacaciones de verano.
Más que la esposa del presidente, se colocará en una dimensión que la convierte en blanco directo de las críticas y ataques a los que se ha acostumbrado el quehacer cotidiano de los partidos.
Margarita Cedeño y Danilo Medina proceden de esa clase media, pero desde perspectivas distintas, y lograron se colocaron en el pináculo del peledeísmo con acciones y trabajos también distintos. Sin desmeritar las cualidades políticas de Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda, Radhamés Segura, José Tomás Pérez y Rafael Alburquerque, la impresión que tiene la sociedad es que la campaña interna en el PLD será decidida entre Danilo y Margarita.
Danilo Medina ha sido uno de los dirigentes más brillantes y capaces del PLD, y fue quien planeó el acoplamiento de ese partido con el doctor Balaguer, luego del fraude electoral que le hicieron los reformistas a Juan Bosch en 1990.

Siendo presidente de la Cámara de Diputados, y uno de los responsables de redimensionar al peledeísmo en todo el país, Danilo Medina fue quien impulsó a Leonel Fernández, primero para la candidatura vicepresidencial de 1994, y luego para la candidatura presidencial de 1996.
Danilo se encargó de la estructura partidaria, de la negociación con Balaguer y de recaudar el dinero que se necesitaba para proyectar y lanzar al doctor Fernández. Y el entonces potencial líder se encargó de elaborar el discurso, pulir sus cualidades y cosechar los frutos del éxito electoral y político.
Danilo se separó de Leonel Fernández en el 2006, y decidió lanzar su propia precandidatura para el 2008, pero perdió. Esperó tres años y retomó sus aspiraciones, que desea cumplirlas para las elecciones del 2012.

Margarita Cedeño es egresada de derecho de la UASD en 1987, tiene maestría en derecho empresarial en la PUCMM y ha realizado cursos en varias universidades del exterior. Trabajó en las oficinas de abogados de Abel Rodríguez del Orbe y en Fernández y Asociados, y fue subconsultora jurídica de la presidencia.
No se conoce su militancia en el Partido de la Liberación Dominicana, ni el organismo al que pertenece, pero no es miembro del Comité Central, ni ha dirigido ningún Comité Intermedio. Sus discursos conocidos no tratan nunca temas políticos, ni se le conoce como cuadro político, salvo su estrecha cercanía con Leonel Fernández a finales de los años noventa y su matrimonio en el 2003. Fue entonces cuando tuvieron a Yolanda América, la hija más pequeña del presidente.
Margarita Cedeño es una persona estudiosa, sistemática en los compromisos que emprende, pero no conoce al PLD ni se ha embarrado en los temas políticos como lo hacen dirigentes tradicionales. La política ha llegado a ella por sus relaciones primarias, más que por sus intereses profesionales.
Danilo, como político nato y trabajador estratégico, tiene muchas ventajas frente a Margarita. La primera dama todavía no ha dicho el primer discurso político, aunque se sabe de su interés por la precandidatura, pero ahora está entrando en un rol nuevo, distinto al de primera dama. Más que la esposa del presidente, se colocará en una dimensión que la convierte en blanco directo de las críticas y ataques a los que se ha acostumbrado el quehacer cotidiano de los partidos.
El problema será cómo se tome el presidente lo que se diga de ella, y en particular lo que pueda hacer o decir Danilo Medina. Ahí está el embrollo.

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