Ramón Santana |
Doubt” o “Duda” es el nombre de una película protagonizada por Meryl Streep, en la cual un popular sacerdote de una escuela católica del Bronx, NY en 1964 se encuentra en medio de una gran controversia por la duda sobre una supuesta relación sexual con un estudiante de conducta problemática, al cual él apoyaba con su consejería. El drama es tan intenso y tan complejo que cuando la película concluye, en la mente del espectador solo existe una sola cosa: un universo de dudas sobre todo lo existente.
Encontrar verdades absolutas, sobre las cuales no sea posible dudar, es una de las cosas más difíciles para los seres humanos. Para resolver este problema filosóficamente, es decir desde el punto de vista de la ciencia de las ideas, lo primero que debe hacerse es preguntarse ¿cómo encontrar dicha verdad absoluta? En los últimos días me he dedicado a la revisión de los conceptos aprendidos de manos del Padre Gómez en el Colegio Calasanz en los años mozos de los estudios de bachillerato. Estoy seguro que al igual que Harold Priego (Boquechivo), Norman Vargas (Piccolo) y quien escribe, para la gran mayoría de los estudiantes de aquellos tiempos, aquel hombre sencillo y dedicado a brindar el pan de la enseñanza siempre constituyó el mejor ejemplo de una mente genial.
Recuerdo que el Padre Gómez siempre nos enfatizó que entre los llamados clásicos, fue René Descartes quien abordo el tema en cuestión con la mayor profundidad y que lo hizo mediante la aplicación de lo que denominó como “La duda metódica”, la cual se sintetiza en tres pasos fundamentales. Primero, duda sobre la fiabilidad de los sentidos; segundo, duda para distinguir la vigilia del sueño; y por ultimo, la llamada duda del “Genio Maligno”.
En primer lugar, sabemos que a veces los sentidos nos engañan. Sin embargo, nuestra prioridad no es enfatizar sobre las dudas de carácter sensorial en el medio que nos rodea. Más bien, nos gustaría abordar lo relativo a la vigilia y el sueño, y lo de la duda del “Genio Maligno”.
Para ilustrar lo relativo a la vigilia y el sueño, veamos el caso de Martin Luther King Jr. El 28 de Agosto de 1963 en Washington, D.C. el Dr. King realizó el discurso de mayor importancia de su vida. El mismo tuvo lugar durante lo que se denominó la Marcha a Washington por el Derecho al Trabajo y por la Libertad. Pero seguro de que había pegado un home run, veamos como el Dr. King concluyó su discurso: “Yo tengo un sueño que mis cuatro pequeños hijos algún día vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de la piel, sino por el contenido de sus caracteres…….Libre al Fin, Libre al Fin; Gracias a Dios Omnipotente, somos libres al fin.” Y ¿qué podemos ver en ese “Libre al Fin” repetido con tanta insistencia? Precisamente que el Dr. King había podido comprobar la duda indiscutible que debemos de tener entre la vigilia y el sueño. Y realmente no estuvo tan equivocado, pues como sabemos tiempo después cayó abatido por las balas, que no obstante, no le pudieron evitar cumplir su misión histórica.
Por ultimo, la duda del “Genio Maligno”. En síntesis lo que Descartes propuso es que podemos considerar nuestro reconocimiento de algo verdadero como consecuencia de nuestra naturaleza y podríamos pensar que vemos algo como verdadero porque estamos hechos como estamos hechos, de tal forma que a distinta constitución distinto conocimiento.
El mejor ejemplo de esto último lo constituye el extremo de las reacciones provocadas por el discurso del Presidente Leonel Fernández el pasado domingo 27 de Marzo. Un ferviente reeleccionista que siempre ha sido reeleccionista, es decir de naturaleza estrictamente reeleccionista, como el Dr. Vincho Castillo dijo lo siguiente: “No me cabe dudas, no tengo ninguna duda sobre esto”, al referirse a la posibilidad de que el Dr. Fernández este buscando la reelección. Sin embargo, el Dr. Francisco Domínguez Brito expresó sus dudas de que el presidente Leonel Fernández vaya a propiciar una reforma constitucional para permitir su repostulación, y dijo lo siguiente: “No creo que el Presidente de la República se vaya a repostular nuevamente, él va a fijar su posición en el momento propicio y con la forma correcta”.
En definitiva, reflexiones de este tipo nos llevan a reconocer que el Profesor Juan Bosch tenia mucha razón cuando escribió aquel famoso articulo en Vanguardia del Pueblo en la década del 80 titulado “Aprendamos a desconfiar”, pues si el reconocimiento de algo como verdadero depende de nuestra propia naturaleza o forma de ser, parece que hasta los conocimientos más firmes pueden ponerse en cuestión. Cada día nos acercamos mas al momento donde estas dudas terminaran para dar paso a otras, pues en resumen eso es la vida un mar de dudas causadas por los seres humanos.
*Ramón Santana- Es dominicano de Teaneck, NJ, USA. Todos los derechos reservados.
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