ORLANDO DICE.............. El PLD tiene que evitar se tense la soga

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Orlando Gil orlandogil@codetel.net.do REACCIONES.- Llamé la atención con bastante anticipación sobre la actitud de los reeleccionistas, en especial senadores, diputados, alcaldes y gobernadores, de quedarse al margen del proceso de selección de candidatos. En principio la reacción fue de doble indiferencia. Ellos se cruzaban de brazos y los otros ni se enteraban. Sin embargo, a partir de la comparecencia televisiva del Vicepresidente Rafael Alburquerque hay recapacitación de lado y lado. Los calientes se dan cuenta de que la maniobra puede trastornar la escogencia, al despojarla de entusiasmo y emoción, y los fríos de que no basta con sentarse para alcanzar su objetivo. Los tibios son peores, puesto que conscientes del mal, no hacen nada para evitarlo. Monchy Fadul calificó de traidores a quienes promueven la abstención, y Danilo Medina, con más miedo que vergu¨enza, hace otro tanto. La impresión es que si Fadul no habla, Medina se mantiene callado. No quiere provocar, ni deja que lo provoquen. Aun cuando es más que obvio que la acción tiene intenciones más graves… LAS RESPUESTAS.- La situación se torna preocupante pues como se dice entre vecinas, “ palabras traen respuestas ”. Monchy Fadul no es un simple dirigente del PLD, o el ministro de Interior y Policía, y ni siquiera el miembro del Comité Político. Es algo más. Forma parte de un grupo llamado la OTAN que hasta ahora era conocido por sus grandes comilonas, pero que como ortodoxia tiene planes y proyectos que discute entre harturas. Si interviene en el debate, hay que considerarlo de conjunto y no de manera individual. Fadul fue vocero de una corriente de opinión, pero sobre todo de preocupación por una conducta que no apunta a lo mejor. Dije que el Comité Político debía tomar carta en el asunto, ya que su experiencia con la reelección no fue más adecuada. Sus miembros se descuidaron, y cuando vinieron a reaccionar, no era tarde, pero sí se crearon unas tensiones muy peligrosas. El PLD tiene que evitar a toda costa que se tense la soga, puesto que con un exabrupto puede romperse. Ahora están todos en un mismo barco, pero no es óbice para recordar los amotinamientos del pasado… EL PRESIDENTE.- Los dimes y diretes van a ir tomando velocidad, y con rieles mal puestos, el tren podría descarrilarse con los saldos predecibles. Esa tormenta en un vaso de agua, sin embargo, puede aplacarse con la intervención del presidente del partido, que también lo es de la República. La conducta de los reeleccionistas ( senadores, diputados, alcaldes y gobernadores ) es consecuencia de la suya. Su neutralidad fue malentendida. Ellos no creen que esté retraído, sino molesto. Consideran que la condición de árbitro fue forzada, pero no por la circunstancia de la Constitución o del país, sino por el ambiente de rechazo ( callado o disimulado ) de candidatos y altos dirigentes del PLD. Entonces hay que recordar que los reeleccionistas no tienen voluntad, pues la comprometieron con los dos millones doscientas mil firmas, y en el caso de los senadores, con el acto de apoyo o subordinación realizado en el Palacio Nacional. El presidente Fernández, por tanto, es el único en calidad para obligarlos a recapacitar. Solo tiene que pedirles que no sean más leonelistas de la cuenta… UNA SOLA.- Ese cometido, incluso, no sería tan difícil. Con una reunión del Comité Político se resolvería. Monchy Fadul y los demás miembros del grupo de la OTAN que pertenecen al CP, pueden introducir el tema, y como el presidente Fernández dirige los trabajos del organismo, la discusión se daría por si sola, como consecuencia natural de una situación que alarma y que debe ser corregida. Lo que no puede es mantenerse sordo, mudo e inactivo, como atacado por una enfermedad de la que ya no se habla, pero que sigue afectando la humanidad: la melancolía. La calidad de líder no se consigue de golpe, sino que se aprende día a día y sorteando dificultades de todo género. Ahora tiene que hacer de tripas corazón, sobreponerse al evidente desencanto que le produjo el rechazo a sus pretensiones de cuatro años más, y mostrar nobleza. Si es sincera o no es otro capítulo. El gesto, sin embargo, sería de grandeza, pues si el PLD se va a la porra y pierde las próximas elecciones nacionales, no importa el candidato, el legado del jefe del Estado quedaría mal parado…