Fuente: Listin Diario
LAS DOS La doble respuesta a la carta que llevara el candidato Hipólito Mejía a la Casa Nacional del PRD, invitando al presidente de ese partido Miguel Vargas a la juramentación del Comando Nacional de Campaña, pone clara la cuestión. El problema no es de integración o de exclusión de dirigentes importantes. Ese no es el caso, sino –al parecer– lo contrario. Se busca de manera directa y personal a los quejosos del bando contrario, atendiendo a su condición de prima donna, y estos no aparecen en el lugar donde debieran estar o se la lucen dejando plantado a un ex presidente, en cuyo gobierno fueron subordinados. El secretario general Orlando Jorge quiso salvar la cara del presidente Vargas y explicó su ausencia en un protocolo que nadie hasta entonces conocía: Mejía entrega la carta a Jorge, Jorge la manda a una comisión, y esa comisión se la hace llegar a Vargas. Pero sucede que el “vocero” de Vargas da otra versión. El presidente del PRD estaba desayunando en su residencia con unos compañeros del interior, y no estaba enterado, así como tampoco sus asistentes, de que el candidato Mejía iría al principal local del partido… LAS VERSIONES ¿Por qué el secretario general Orlando Jorge no dijo lo mismo que el “vocero” Víctor Gómez, de que el presidente del partido no se encontraba en la Casa Nacional porque estaba a esa hora desayunando con unos compañeros del interior, así como que tampoco conocía de esa visita, a pesar que se había publicado ampliamente en los medios? La doble respuesta da a entender que el partido anda por un lado y su presidente por otro. E igual puede decirse del candidato Mejía. ¿Cómo podrá hacer una campaña efectiva y exitosa si tiene que ocuparse en andar detrás del presidente del partido y complacer sus caprichos? Ahora resulta que Vargas responderá más adelante la misiva de Mejía. Ahí no hay falta, y no se le puede acusar de negligente, puesto que el encuentro de que se habla sería después que el candidato regrese de Europa, a donde viajará en estos días. Ahora, lo de irse a Puerto Rico el mismo día en que se juramentará a los equipos de campaña de todo el país, es otro cantar. Y hay que considerarlo en el contexto de la anterior ausencia. Dos desplantes de seguido tienen algo más que cocorícamo… LA CATEGORÍA Lo del desayuno en la mañana en su residencia debiera ser explicado con más detalles, puesto que se hace difícil asumir que para unos compañeros dispusiera su propia mesa y que otros en la tarde fueran atendidos en El Rancho. ¿Quiénes eran los privilegiados de la mañana, pues el encuentro de la tarde fue con diputados? El nivel y la categoría eran ostensibles. Además, de los tantos runrunes que van y vienen hay uno muy delicado. Dicen que por razones familiares sacó la política de su casa. Los compañeros que antes la frecuentaban, no pueden aparecerse por ese entorno. Una de dos: o ya no son válidos, como fueron durante un buen tiempo, en especial durante las campañas, o tienen que hacer cita en sus oficinas políticas. Entre los excluidos se comenta con pena a Lorenzo González, un oficial de su máxima confianza y quien por su don de gente se había ganado el aprecio de propios y extraños. Cuando los perredeístas lamentan su aparente desgracia, se ve que el hombre es una verdadera alma de Dios, pues no se sintió igual cuando a Neney Cabrera le pasó lo mismo… LOS DIPUTADOS La reunión de Miguel Vargas con los diputados de su grupo –dicen– la habían pedido unos y otros fueron convocados. De ahí que hubo quienes tomaron la palabra y quienes no dijeron esta boca es mía. Como estaba previsto, fue un encuentro de jeremías y lloraduelos. Se quejaron de los maltratos y las humillaciones a que eran sometidos por los dirigentes de campaña de Hipólito Mejía y por los seguidores en general. ¿Cómo se maltrata a un compañero? Colocando en la jefatura del comando a su antiguo adversario en la lucha interna. Al tener un chin de poder, se las cobran todas. ¿Cómo se humilla a un compañero? No sentándolo en la mesa principal, y en caso de que sí, al final de cada lado. En los extremos. Hay que suponer lo que eso significa para un diputado que tiene ínfulas. Vargas habló y repitió lo que ya es una mantra: que quiere que el partido gane, pero que no puede integrar a nadie, pues no tiene ningún tipo de responsabilidad en la campaña. Dijo también que se juntará con Mejía después que este retorne de Europa, y entonces se verá… |
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