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sábado, 3 de septiembre de 2011

Danilo y Hatuey

Luis Encarnación Pimentel
encar-medios@hotmail.com

Algunas figuras que alimentaban la idea y creían conveniente un encuentro Danilo-Hatuey llegaron a hacer contactos y plantear dicha posibilidad desde los días en que las cosas todavía no estaban definidas a lo interno del PLD ñque hubiera ayudado al primero a dar un golpe de efectoñ, pero sabemos que el hoy candidato presidencial morado sugirió en la ocasión mejor esperar a que oficialmente fuera declarado ganador del evento.
Con que Hatuey reconozca y diga públicamente que Medina tiene un discurso interesante y que es buen candidato, sólo con eso, ya el aspirante a sustituir a Leonel en el poder está ganando.
De Camps, de poca suerte personal y víctima de mezquindades e ingratitudes políticas de gente del partido en el que echó su vida, el PRD, como ya escribí, es un hacedor de Presidentes. Y es y representa lo que es, por sí mismo, por el peso específico de su figura, al margen del tamaño del partido que lidere. A los fines de otros, los hechos y la historia registran que como palanca resulta de gran ayuda para el éxito, pero como retranca o en contra es peligroso.
Fuera de recibir u ofrecer endoso partidario, el hombre y su hogar representan una especie de meca, por donde pasan a compatir experiencias e inquietudes representantes de diversos sectores del país y de afuera, sea del mundo político o empresarial, o de oposición o de gobierno. Fuera de la Primera Dama, que tiene sus simpatías y luces propias, Danilo sólo encontraría, dentro o fuera del PLD, dos figuras con las cuales podría dar un duro golpe o hacerle un lío a su contendor, que serían Hatuey, del PRSD o Miguel, del PRD. ¿Una utopía?
En cual de los dos es más difícil que ocurra, aun cuando a futuro le pudiera convenir a ambos. Veamos: El primero, que “no va a ser segundo de nadie”, como una vez nos dijera Hipólito, no es dado a apoyar en base a cargos para él o para los suyos. Para algunos, es un error político, pero él ñresbaloso en extremoñ lo ve como un arma de doble filo: un cargo puede darle sustento a alguien del partido, pero también aumenta el riesgo de perderlo como miembro.
En el caso de Vargas, para ir con Danilo ( es verdad que ha reflexionado y le gustaría ir de Vice con Mejía... por un “por si acaso”, una eventualidad con la salud del candidato y para que Luis Abinader, de ser el caso, no se le adelante en el camino) tendría que dejar el PRD, algo muy duro.

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