De la Z-101 al pueblo dominicano
Y, al mismo tiempo, se ha convertido en el medio de comunicación más democrático y plural de todo el continente americano.
Esas virtudes, concedidas inmensamente por el pueblo dominicano, han servido para consolidar un escenario de expresión que, a la vez de ser empresa de comunicación, ostenta también la calidad del primer canal de opinión y orientación en todo el país.
Pero esta condición, dispensada por los diferentes estratos de la sociedad dominicana, más que vanidad, ostentación o soberbia (tan dañinas y frecuentes en estos menesteres) solo han servido para despertar en nosotros una mayor responsabilidad social y una intensa vocación de servicio hacia todos los sectores y, de manera especial, para los más débiles y menos favorecidos.
¡Más que una estación de radio, es un sello de identificación y compromiso al servicio de la nación!
¡Una corporación privada destinada al servicio público de la comunicación, al alcance de todas y todos, para bien de la democracia!
Es por esa razón que nos resulta exageradamente molestoso, incomprensible y hasta sospechoso que el grupo de comunicación SIN, bajo dirección de Alicia Ortega y Fernando Hasbún, pese al derecho que le asiste en sus trabajos de investigación periodística, haya traído por los cabellos cuestiones de índole personal para, de algún modo tangencial, hacer mención de la emisora.
Constituye un acto de mala fe y una deslealtad profesional mezclar las actividades individuales o personales de algunos miembros de los programas de la Z con los perfiles empresariales y la razón de la misma, a sabiendas de que se trata de asuntos diametralmente distintos.
Y ese acto de maldad queda confirmado por el hecho de que el grupo SIN, de los señores Ortega y Hasbún, al hacer mención de periodistas que han adquirido, a título de arrendamiento, propiedades en el vacacional Ercilia Pepín, de Jarabacoa, únicamente identifica con sus nombres a quienes laboran en la Z-101.
La responsabilidad de cada persona es individual y cada quien deberá responder por sus actuaciones, de forma individualizada, y en base a la libertad y voluntad que poseen los ciudadanos en su comportamiento general.
Esta empresa, con su filosofía de una comunicación pública y transparente al servicio del pueblo, no ha buscado ni buscará favores de ningún sector, ni de ningún poder público o privado. De manera que esas actividades señaladas en nada comprometen nuestra institución.
De igual modo, exigimos que el respeto y la consideración permanezcan en aquellos que, por su afán de hacer y difundir noticias, atropellan el buen nombre y la dignidad pública de un medio de comunicación que ha estado y estará en el corazón del pueblo dominicano.
La Z-101 sería incapaz de involucrar al grupo SIN en ningún acto que lleve a cabo miembro alguno de su equipo, sobre todo cuando esas actuaciones obedecen al libre ejercicio de las personas.
¡Así sea!
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